
Los viajes siempre fueron personales, pero en 2026 se adueñan de la escena turística de los argentinos ya que van a rechazar las convenciones y se van a apoyar en las pasiones que se sienten distintivas y verdaderamente propias. Desde pruebas de compatibilidad llenas de adrenalina hasta desvíos místicos y estadías en casas futuristas, cada viaje se convierte en una expresión audaz de individualidad e identidad: esto es lo que soy, esto es lo que quiero, esto es lo que amo y esto es lo que voy a hacer.





















