Los Mandamientos de la Mancha

La muestra que se inauguro el pasado jueves 12 de octubre. Se podrá visitar de lunes a viernes, de 9 a 18 horas, de forma gratuita.
"Vicent Van Gogh le escribe a su hermano Theo en una de sus últimas cartas, que los pintores nos enseñan a mirar la naturaleza y el arte de otra manera, nos enseñan a ver el mundo y su naturaleza con otras formas. Tratemos de mirar a través de "Los Mandamientos de la Mancha" de Uribe Escobar para encontrar la belleza de ese mundo interior que el tiene, un mundo nuevo, distinto; pensando que cuando salgamos hoy de esta muestra vamos a mirar la vida con otros ojos".
Milo Lockett
LA VIRTUD EN LA MANCHA
Hay una virtud en descubrir figuraciones en una zona que se destaca por un color o aspecto diferente al resto, a la base: una mancha. Hay virtud? Hay sentido en esta significación?... y función?
Como todos sabemos, a grandes rasgos, los surrealistas se diferenciaron por tomar dos direcciones opuestas, o generar imágenes oníricas con técnicas tradicionales (Magritte, Delveaux, Dalí, L. Carrintong, R. Varó, etc.), o los surrealistas abstractos (Bretón, Masson, F. F. Knistoff, J. Arp, etc.) que mediante el automatismo psíquico generaban universos plásticos propios, permitiendo que el subconsciente se exprese a través del arte, evitando que el control de la razón -ratio- se inmiscuyera en el proceso.
Cualquier acto precisa de “mito y logos” para manifestarse, escuche decirle a Carlos L´Heureux. Ninguno puede aparecer sin la presencia del otro en mayor o menor cantidad, ni un beso puede realizarse sin técnica; sin mito carecería de sentido hacerlo. A simple vista Uribe Escobar pareciera darnos en sus manchas una imagen autómata y sin control -o poco-, pero no hace falta más que ver como factura sus obras o el resultado final de las mismas, para darnos cuenta del frágil límite con el que juega en el desarrollo del camino que lo lleva al desenlace o fruto final.
Con precisión y un instinto que lo guía a seguir avanzando hacia una dirección y no hacia otra, la COSA aparece. Esta secuela o señal resultante nos deja, como espectadores, sedientos en encontrar figuraciones, o formas que signifiquen -o nos signifiquen-, así como intentamos descubrir en las nubes algo del reino animal, vegetal o mineral. Este proceso en mi caso particular despierta un torrente que desborda y desborda imágenes tras imágenes, sensaciones que enlazan a otras y el derrotero carece de final. La velocidad de la mente va creando o revelando un mundo onírico sustancialmente particular y propio en lo profundo de cada uno. Único.
Aquí el automatismo me toma como espectador y el logos o “ratio” se pone al servicio de una fantasía que no para de inventar o engendrar nuevos mundos. La función pareciera estar clara, tan clara como la función del arte mismo, que no tiene otro sentido más que el de intentar descubrirnos más profundamente, ahondar en preguntas o sensaciones que nos enseñen más de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, ayudándonos a crecer y complejizarnos (lo desea mi utopía).
La virtud -disposición habitual para hacer el bien- de Uribe Escobar es regalarnos una señal en el lienzo para que el camino de nuestra propia introspección tenga un punto de partida. Nuestra virtud estaría en abrirnos a ese primer envión para atinar en nuestro propio viaje onírico.
Vivir sin MANCHAS, en santidad y "sin pecado", sin mácula, limpios de mente, corazón, pensamientos y emociones, es una tarea muy difícil para el humano y darían al autor cuadros en blanco. Si Uribe Escobar tiene mandamientos para sus manchas y a ellos rinde culto: qué manchas y mandamientos nos afectan, nos conciernen, nos impulsan, nos conmueven, nos pertenecen?
Lázaro Diacovich
Fotos: @willydonzelli