Reír o no reír, ese es el dilema
Docente y Coordinador de Cultura de la UCSF. Con su grupo MUCHO RIO ha recorrido el país, en un periplo de más de 100.000 espectadores. Es un creador y entretenido dramaturgo, sus dramas y comedias tienen una fuerte empatía con la realidad y su visión de los hechos refleja una sensibilidad especial hacia la vida.
Su obra
“Caranchos en el cuerpo” (Fragmento, Ganadora del Concurso de Dramaturgia del Centro Cultural Francisco “Paco” Urondo de Santa Fe, 2021)
Delfina: Ninguno de esos que se burlaron de su cabeza colgando se habrían atrevido siquiera a mirarlo a los ojos. Habrían agachado la cabeza y metido la cola entre las patas antes que mirarlo de frente. Porque mi Pancho era un valiente, con más cojones él solo que toda esa chusma.
López: Así es. Por eso su cabeza colgó dentro de la jaula. Para prevenir. Para aclarar que con Santa Fe no se jode, señora. ¿No leyó el cartel? “Para perpetua memoria y escarmiento de otros”. ¿Lo quiere más claro?
Delfina: Lo hizo por odio. Reconózcalo.
López: ¡No, señora! Si fuera por odio, no habría accedido a su pedido de sacarla de la vista de la gente.
Delfina: Pero la mantiene acá. Para su propio regocijo.
López: No, no me regocijo. Odio verla. Pero la tengo acá para recordarme a mí mismo que no puedo aflojar. Que yo mismo puedo mañana estar en el escritorio de otro.
Delfina: Podría escribir un cartel que se lo advierta cada día. Y honrar a su enemigo de mejor manera.
López: Ramírez no es mi enemigo.
Delfina ¿Ve? Ahora es Ramírez. Antes era Pancho.
López: Pero Pancho se decidió a cruzar el río. Ahora Pancho es Ramírez.
Cada toro en su rodeo, señora, cada gallo en su gallinero. Así se respeta. Así se honra el coraje, los cojones para enfrentar a quien sea. A caballo, a pata, a nado, como sea, para evitar que le pisoteen a uno el rancho. Pero cada uno en su lugar.
El río es la empalizada, señora. El río no se cruza sin que se arme la podrida. Y Ramírez cruzó el río. No se cruza el río sin mancharlo de sangre ¡No se puede ser tan osado, tan valiente, carajo!
Delfina: Pero él sí pudo.
López: ¡Claro que pudo! ¡Por tozudo, claro que lo hizo! De noche lo cruzó el muy taimado, a nado, con los paisanos agarrados de las colas de sus pingos ¿Y qué esperaba? ¿Qué lo reciba una fanfarria? ¿Usted me pide que sea piadoso? ¿Por qué no le pidió a él que no sea tan…? (Da vueltas en redondo)
Defina: ¿Y usted lo tiene de pisapapeles por tozudo? Qué triste.
López: ¡No! ¡Lo tengo porque lo respeto, mierda!
Yo no tengo la cabeza de cualquier rotoso en mi escritorio. Tengo la cabeza de Pancho Ramírez. Y lo tengo conmigo porque lo aprecio. Si lo tengo conmigo es porque es valioso. Porque lo extraño. Se me van muriendo los que respeto y los que quieren lo mismo que yo. (...)
José Ignacio Serralunga