Reír o no reír, ese es el dilema

Literatura 29 de octubre de 2023 Por Valeria Elías
José Ignacio Serralunga nació en Santa Fe, toda su actividad está relacionada al Arte. Dramaturgo, actor, director y productor teatral. Sus obras se representan en todo el país y en Chile, España, Puerto Rico, entre otros. Ganador de numerosos premios.

 Docente y Coordinador de Cultura de la UCSF. Con su grupo MUCHO RIO ha recorrido el país, en un periplo de más de 100.000 espectadores. Es un creador y entretenido dramaturgo, sus dramas y comedias tienen una fuerte empatía con la realidad y su visión de los hechos refleja una sensibilidad especial hacia la vida.

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Su obra

 “Caranchos en el cuerpo” (Fragmento, Ganadora del Concurso de Dramaturgia del Centro Cultural Francisco “Paco” Urondo de Santa Fe, 2021)

Delfina: Ninguno de esos que se burlaron de su cabeza colgando se habrían atrevido siquiera a mirarlo a los ojos. Habrían agachado la cabeza y metido la cola entre las patas antes que mirarlo de frente. Porque mi Pancho era un valiente, con más cojones él solo que toda esa chusma.

López: Así es. Por eso su cabeza colgó dentro de la jaula. Para prevenir. Para aclarar que con Santa Fe no se jode, señora. ¿No leyó el cartel? “Para perpetua memoria y escarmiento de otros”. ¿Lo quiere más claro?

Delfina: Lo hizo por odio. Reconózcalo.

López: ¡No, señora! Si fuera por odio, no habría accedido a su pedido de sacarla de la vista de la gente.

Delfina: Pero la mantiene acá. Para su propio regocijo.

López: No, no me regocijo. Odio verla. Pero la tengo acá para recordarme a mí mismo que no puedo aflojar. Que yo mismo puedo mañana estar en el escritorio de otro.

Delfina: Podría escribir un cartel que se lo advierta cada día. Y honrar a su enemigo de mejor manera.

López: Ramírez no es mi enemigo.

Delfina ¿Ve? Ahora es Ramírez. Antes era Pancho.

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López: Pero Pancho se decidió a cruzar el río. Ahora Pancho es Ramírez.

Cada toro en su rodeo, señora, cada gallo en su gallinero. Así se respeta. Así se honra el coraje, los cojones para enfrentar a quien sea. A caballo, a pata, a nado, como sea, para evitar que le pisoteen a uno el rancho. Pero cada uno en su lugar.

El río es la empalizada, señora. El río no se cruza sin que se arme la podrida. Y Ramírez cruzó el río. No se cruza el río sin mancharlo de sangre ¡No se puede ser tan osado, tan valiente, carajo!

Delfina: Pero él sí pudo.

López: ¡Claro que pudo! ¡Por tozudo, claro que lo hizo! De noche lo cruzó el muy taimado, a nado, con los paisanos agarrados de las colas de sus pingos ¿Y qué esperaba? ¿Qué lo reciba una fanfarria? ¿Usted me pide que sea piadoso? ¿Por qué no le pidió a él que no sea tan…? (Da vueltas en redondo)

Defina: ¿Y usted lo tiene de pisapapeles por tozudo? Qué triste.

López: ¡No! ¡Lo tengo porque lo respeto, mierda!

Yo no tengo la cabeza de cualquier rotoso en mi escritorio. Tengo la cabeza de Pancho Ramírez. Y lo tengo conmigo porque lo aprecio. Si lo tengo conmigo es porque es valioso. Porque lo extraño. Se me van muriendo los que respeto y los que quieren lo mismo que yo. (...)

José Ignacio Serralunga

Valeria Elías

Periodista, comunicadora social, escritora.

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